El ser humano se desarrolla en un medio social, dentro del cual construye formas de comunicación y coordinación para la acción, esto con el propósito de resolver los problemas que se le presentan, en lo individual, en lo familiar y en lo comunitario, pero con una orientación pragmática, logística y económica.

Esta postura delante de los problemas humanos se convierte en un problema al no considerar otros aspectos de la vida humana; de hecho, los problemas emocionales y afectivos, la enfermedad y la muerte son realidades que se niegan, como si no fueran importantes, como si no afectaran la vida cotidiana de las personas… La verdad es que por mucho que se nieguen u omitan estas realidades humanas no dejaran de existir y de afectar muchas veces de forma fundamental la vida de las personas que las van viviendo y tengo que subrayar esta idea: todos las hemos vivido y las seguiremos viviendo a lo largo de nuestra vida y después de nuestra muerte dejaremos una huella emocional en los que nos sobrevivan.

Mientras más se trata en el mundo occidentalizado de negar los aspectos humanos que considera problemáticos, más se acentúa la necesidad de que existan profesionales capacitados en la ayuda y el acompañamiento, que apoyen a las personas que atraviesan por situaciones de dolor, enfermedad y duelo, para que logren resignificar estos acontecimientos y los asuman como parte de la misma vida humana. Por qué las herramientas que cada cultura posee mediante sus tradiciones, creencias y costumbres se van perdiendo; la persona se queda sola frente a una realidad que se le impone cuando nos sobrevienen la enfermedad y la muerte.

Curiosamente en muchos círculos académicos, principalmente en la Unión Europea se habla de reducar en la muerte, rescatando esa conciencia de la propia mortalidad como una forma de lograr que las personas consigan una actuación más ética.

El Centro San Camilo que se ha distinguido en la humanización de la realidad del dolor, la enfermedad y la muerte; mediante diferentes propuestas formativas colabora en la construcción de una nueva cultura en la que la persona es el valor más importante.

Este tercer congreso está dentro de estas propuestas y busca convocar a todas las personas interesadas en capacitarse y formarse en diferentes áreas del acompañamiento teratológico y continuar con la promoción de la humanización necesaria de nuestra sociedad y cultura.

Estas invitad@ a participar, descubrirás el gran impacto que puedes tener como profesional de ayuda, en la vida de otra persona, haciendo el ejercicio humano de acompañarle y escucharle, ayudándole a encontrarle un nuevo sentido a su vida incluso en el descubrimiento de que puede después ayudar también a otros.